Cansado de tanto ir a las iglesias y de no encontrar a Dios, me puse a recorrer al mundo para ver si alguien sabía dónde estaba el Creador.
-No, Dios no existe, me dice un desalentado empresario, quien manifiesta que su dios es el dinero y todos los días se levanta para ir en busca de la plata.
-Dios es un mito –explica un científico-, todo lo que vemos se creó por generación espontánea.
-Dios está en la Biblia, me indica un sacerdote. Si buscas tu salvación apréndete de memoria el contenido de las sagradas escrituras, ora todos los días, asiste a misa frecuentemente y cumple con todas las ceremonias eclesiásticas de rigor.
-Dios está en los templos, apunta un católico, quien antes de mostrarme los santos y las imágenes de su iglesia, se arrodilla y se persigna ante ellos.
Me mira silenciosamente y luego recorre con su mirada y una mano el amplio espacio del templo religioso, cuyos costados y techos presentaban un sinfín de objetos suntuosos, no sé si eran de oro de verdad o solo eran imitaciones de ese precioso metal. Luego agregó: esta es la casa de Dios.
-Dios está allá arriba, dice sonriente un representante religioso, quien interrumpiendo su oficio ante una gran cantidad de seguidores, agrega: si quieres ser ungido con la bendición celestial, intégrate a nuestro grupo, vienes diariamente a orar conmigo y de vez en cuando darás a dios un diezmo, con eso tendrás tu salvación.
Más tarde encontré a un humilde campesino quien hablaba a los árboles y pedía permiso antes de sembrar un grano en las áridas montañas. Después de hacerle la misma pregunta me explica:
Dios es un espíritu y energía divina universal, no es una persona ni es imagen o efigie de los templos.
Su manifestación energética está presente en toda la creación.
Si deseas amar a ese ente divino ama a su creación:
- Ámate a ti y a tu prójimo, que están constituidos por un espíritu.
- Ama a la naturaleza.
- Que tu misión en la vida, tanto en hechos como en acciones, sea siempre la de construir, no destruir.
Y verás que en tu existencia y al final de tu camino podrás sonreír por haber amado a Dios.