GOTA DE MAR
Hubo una vez una gota
de mar que ignoraba su grandeza.
Se sentía sola, como la
rana en su charco.
Había más gotas pero a
todas las veía como sus enemigas.
Más tarde se dio cuenta
que estaba desconectada de su divina fuente.
Eliminó todos sus egos:
rencores, odios, envidias, tristezas, chismes…
en pocas palabras, se
quitó toda su envoltura.
Quedó su espíritu
desnudo.
Ocurrió entonces algo
mágico y grandioso.
La gota de mar regresó
al mar.
Hoy sabe que, en la Tierra,
todas las gotas existentes
son gotas de una misma
fuente,
y tarde o temprano
regresarán al mar.