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Hola amigos del planeta, bienvenidos a este sitio, en el que encontrarán textos originales del autor, cuentos y poemas, algunos de los cuales están escritos en náhuatl debido a que en el municipio de Rafael Delgado, Veracruz, México, aún se conserva esta lengua nativa de estos lares.(Pedro Enríquez Hdez.)



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18 dic 2015

RAFAEL DELGADO, VER., REFLEXION DE FIN DE AÑO 2015

FIN DE AÑO 2015, UN MOMENTO DE REFLEXIÓN

Termina el año 2015. Se fue rápido, como el agua, dicen algunos. He platicado con algunas personas acerca del pronto correr del tiempo y todos coincidieron, tanto jóvenes como adultos mayores, que los días y meses transcurrieron demasiado rápidos.

Algunos relacionaron esa sensación con el bienestar de la salud. El tiempo corre mucho cuando uno está bien, pero los que están en cama por enfermedad no sienten lo mismo, argumentan. Esa gente enferma siente eterno el día. Eso es verdad. ¿Pero qué pasa si alguien nos dice que el día ya no tiene 24 horas, sino menos? Nadie lo creería, desde luego. Sin embargo eso parece ser cuando estamos ya entrados en el umbral de una nueva etapa de la civilización actual.

Vivimos ya en la sombra de un cambio climático real. Hay personas que dicen que esto es una falacia, que no es verdadero. Para entender el presente proceso climático no es necesario ser científico ni tampoco adentrarse en gruesos libros con contenido de sesudas investigaciones. El fenómeno está presente ante nosotros. Veamos por ejemplo lo que sucede en nuestro entorno desde hace varios años.

Hace 30 o 40 años en nuestro alrededor se manifestaba la grandiosidad de la naturaleza. Resplandecía enormemente la abundancia divina a través del florecimiento de los árboles frutales. Por doquier apreciábamos matas de naranjas, jinicuiles, aguacates, chinenes y chayotes, que ofrecían sus frutos maravillosamente en forma silvestre. Flores abundantes de gladiolos, nardos y de azucenas en los campos, cultivadas y cosechadas por gente que se dedicaba de lleno a la actividad campirana.

Hoy en día todo ello ha caído. A partir del presente milenio llegó al campo plagas nunca antes conocidas que empezaron a destruir las gladiolas. Los campesinos se resistieron mediante diversas sustancias agroquímicas. Pero al final se dieron por vencidos al ver que las plantas siguieron agonizándose. Hoy en día la flor del gladíolo está eliminada, al menos en los pequeños campos del municipio de Rafael Delgado. Los cafetales también sufren rollas, igual las milpas empiezan a manifestar ciertos deterioros.

En el aspecto humano el cambio climático también nos sacude y nos tambalea. No es normal lo que sucede en el mundo: guerras, atentados terroristas, delincuencia. Tenemos que voltearnos al origen inmaterial de la vida para entender que hemos perdido el camino. Hay que aceptar que hemos caído como humanidad. Y no debemos exigir a los gobiernos para levantarnos. Cada uno de nosotros como individuos tenemos que hacer algo para incorporarnos.

Hay que entender que en la vida solo hay dos caminos, el del bien y del mal; la luz y la noche, el negro y el blanco; la construcción y la destrucción, Dios y el diablo, por decir algo.

¿Qué pasa si nos detenemos en nuestro sendero diario para ver por cuál camino nos vamos? ¿Qué pasa si reconocemos que sólo vivimos en la superficialidad? ¿Qué sucede si de repente nos damos cuenta que la verdadera vida es hacer conciencia de todos nuestros movimientos y de nuestras acciones y dejar a un lado el robotismo de nuestra existencia? ¿Por qué no dejar a un lado el odio, la ambición desmedida, la envidia y el rencor, que son los que causan las guerras, las broncas callejeras, las fricciones entre vecinos y más? ¿Por qué no consumimos menos para aminorar la depredación de la naturaleza?

Lo que el mundo necesita es ser justos, pero no de palabras, sino de hechos. Actuar con la ideología crística en el cerebro, en el corazón y en el espíritu en todo momento. Necesitamos componer al mundo y salvarlo de su torcida condición. Vayamos por el camino de la construcción. Apliquemos dos grandes valores: el amor y el respeto. Dos tesoros mágicos que si los ponemos en práctica todo cambiará.


Si yo te tengo amor y respeto como hermano jamás me burlaría de ti, nunca te robaría ni un peso; podrías dormir con las puertas abiertas de tu casa y no entraría a hacerte daño. Si todos actuáramos así tendríamos un mundo maravilloso. Esto puede sonar a utópico pero no es así, todo es posible teniendo voluntad de hacerlo. Hagamos el esfuerzo por lograr un mundo diferente. Nuestro Padre nos dio un hogar; hagamos de él un glorioso paraíso y no un maldito infierno.




12 jun 2015

Pedro Enríquez Hernández, Entrevista

ENTREVISTA 

Los vecinos de Bety lo decían y lo recargaban: “Esa pobre mujer de por sí nació con su mala estrella”.

Doña Queta siempre le sugería que se acercara a Dios para que se acabara el alud de problemas que la perseguía.

Ella siempre se negaba.

Pero ahora que quedó en la calle porque sus padres adoptivos la corrieron de su casa, ella pensó seriamente en acercarse a Dios.

Fue a buscar a doña Queta, quien se dedicaba a hacer pláticas a los niños en un templo católico.

-Doña Queta, otra vez estoy en problemas.
-Ay, hija, ya te dije que debes acercarte a Dios.
-Para eso vine a verla.
-Mira, hija, vente mañana temprano. Te llevaré a misa.

En la misa Bety escucha al sacerdote decir: “Para estar bien con Dios primero deben expulsar a Satanás de su alma y luego ponerse a comer el cuerpo de Cristo y beber su sangre”. “Todos ustedes son pecadores”.

Al día siguiente Bety estaba peor. No tenía a dónde ir. Corrida de la casa de sus padres adoptivos y en la iglesia le dijeron que en su alma se encontraba anidado el diablo. Quedó muy confundida.

Doña Queta la regañó. Le dijo que era verdad que tenía en su alma a Satanás por eso se sentía mal después de ir a la iglesia.

Bety cayó en la tristeza y recordó parte de su historial. Le vino a la mente ese momento desagradable de su vida. Su madre falleció cuando la niña tenía apenas cinco años. Su padre, en vez de apoyarla, la llevó a la ciudad y la regaló con sus compadres. Y él siguió en el alcoholismo.

Sus padres adoptivos preferían más a sus hijos. Iban al colegio de paga, mientras que a la niña, a pesar de su corta edad, la pusieron a trabajar en los quehaceres domésticos.

A los dieciocho años abandonó a su familia adoptiva y regresó al pueblito donde había nacido. Buscó a sus cinco hermanos. Todos la ignoraron. Algunos le dijeron que no era hermana de ellos. El otro se encontraba ebrio cuando ella lo visitó. La quiso abusar sexualmente.

Bety no sabía leer. Se empleó de trabajadora doméstica. Entró a una escuela de primaria nocturna. Aprendió a medio leer y escribir. Ingresó a cursos de belleza en una institución de gobierno. Aprendió rápido lo básico del trabajo de estilista. Se trasladó a la ciudad de México y siguió trabajando como empleada doméstica mientras siguió estudiando belleza.

Conoció a un joven universitario. Éste le prestó libros de autoayuda. Ella los leyó con mucho deseo. La teoría la fue convirtiendo en práctica. Se casó pero no le funcionó. Aquel chico que había conocido, galán y caballeroso, contador de profesión y director de una Universidad Particular, se convirtió en un ogro a los pocos días de casarse con ella.

Bety, por ser de origen humilde, no tenía prejuicios al platicar con cualquier persona de a pie, pero Marlon, su esposo, se consideraba persona de alta alcurnia, por lo que al casarse con ella, automáticamente le prohibió que platicara con gente humilde económicamente. No debía viajar en vehículos del transporte público, sino por vehículo propio o bien mediante el servicio de taxis.

A los pocos meses la joven se separó de su esposo. Emprendió sola. Más tarde salía en las páginas de un diario local en la sección de “Mujeres emprendedoras”, debido a que Bety empezó a tener éxito en su trabajo de estilista en su sala de belleza denominada La Gioconda.

Actualmente sabe que la vida se construye a base de esfuerzos. Por necesidad aprendió diversos oficios. Aparte de su trabajo actual, ella sabe de cocina, repostería, costura y hasta de albañilería. Dice que el espíritu no tiene sexo y por eso no tiene prejuicios. Eso le ha permitido sacrificar borregos con sus propias manos y prepararlos en barbacoa. Sabe tomar cinceles y martillos para ranurar el muro e instalar  cableados eléctricos.

Tiene excelentes manos para todo lo que hace. Las personas salen agradecidas del salón La Gioconda por su trabajo profesional.

Vive sola y dice que siempre esperará al hombre que la entienda.

En la entrevista que le hizo su amiga la reportera, ella expresa lo siguiente:

-Para ti qué es Dios
-Dios es la Fe. Lo que piensas será. Es algo mágico y grandioso.

-¿A qué grupo religioso perteneces?
-A ninguno.
-¿Entonces cómo crees en Dios?

-No sólo creo en Dios, también lo siento en mí, en mi espíritu, por eso siempre trato de actuar como un ser humano, en toda la extensión de la palabra. No dañar a nadie ni destruir nuestro entorno ecológico.

-¿Eres anticuada o una especie en vías de extinción?
-Al contrario. Así como pienso y trato de vivir así será la humanidad en el futuro cuando se dé cuenta que nada hay afuera. El origen de todo viene de adentro de cada individuo, porque el espíritu del ser humano es la esencia de nuestro Creador

-¿Por qué no estás en ningún grupo religioso?
-Con todo respeto, los grupos religiosos sólo dividen a la gente. Entre los distintos grupos no se aceptan. Por ejemplo, si tú perteneces a determinado grupo, los demás integrantes te dirán hermana, pero si no estás con ellos te dirán mundana. Yo considero mis hermanos a todos, ahora si ellos no me consideran así, pues ya es problemita de ellos.

-¿Por qué crees que no hay que destruir a nadie?
-Porque todos somos uno en espíritu. Si agredes material, verbalmente o de pensamiento a alguien, te estás agrediendo a ti misma. Agrega: hay una frase que me gusta mucho que dice: “Eres tú la fuente de la abundancia, lo que das recibes”. Ahora pregúntate qué es lo que estás dando en todo momento. ¿Amor? Si es así vivirás siempre en la abundancia de amor. ¿Das odio, rencor? Vivirás y serás perseguida por el rencor.

-¿Dónde has aprendido esto?
-Parte de la experiencia de la vida, parte de los libros de autoayuda.

-¿Qué piensas de la gente que daña a su prójimo?
-Vivirán dañados siempre aunque tengan toda la fortuna del mundo.

-¿Es malo trabajar y tener dinero?
-No. Trabajar honradamente y ganarse la vida trabajando no es malo, malo es tratar de enriquecerse a base de fregar a los demás.

-¿Cómo es tu vida normal?¿Te consideras santa?
-No. Yo trabajo y convivo con los demás en forma normal. Por el rumbo de donde vivo a veces organizo a la gente para hacer algunas faenas, como limpiar las calles o recoger cacharros para generar condiciones de salud. A veces recaudamos despensas para la gente de escasos recursos de algunas colonias. Me encanta bailar en las fiestas con mis amistades.

-¿Participas en algún partido político?
-No. Soy apartidista.

Bety es alta, esbelta, cabello lacio al hombro, tez morena, ojos almendrados; es muy sonriente, alegre y bromista sin faltarle el respeto a nadie.

-¿Cuál es tu edad?
-Tengo cuarenta y cinco años.

-Te ves como de 30 o 35 años. ¿Cuál es el secreto para conservarse así?

-Salud mental y corporal a base de ejercicios diarios, sana alimentación y cero veneno al organismo, como cigarros o alcohol.

¿Qué ejercicios haces y cuánto tiempo?
Me acciono en una caminadora y en una bicicleta fija en la casa. A veces salgo a correr y a veces voy a zumba también.

-¿Conoces la tristeza?
-Claro que sí, soy un ser humano, no una piedra (se carcajea), pero son momentos muy pasajeros y esporádicos. Si eso ocurre la elimino con los ejercicios. Al oxigenarse el cerebro te devuelve el buen humor, el cerebro es el motor de los seres vivos.

-¿Estás feliz a pesar de que vives sola?
-Soy feliz y no vivo sola. Dios siempre está conmigo.
-¿Lees la Biblia?
-Casi no, me parece muy confusa.
-¿Sabes rezar?
-No rezo, oro todas las mañanas. En mis ejercicios físicos dedico unos cinco minutos para agradecer a Dios por todo lo que tengo: salud, amor, paz, tranquilidad y por el simple hecho de amanecer viva y poder respirar.

-¿Tienes miedo a la muerte?
-No. El que vive como yo –porque tiene que haber muchas personas en el mundo que piensan y viven así- está consciente que somos visitantes muy pasajeros de este mundo físico. Por eso hay que vivir al máximo todos los días porque nadie sabe qué puede pasar mañana.

-¿Ese no es miedo?
-No. Es vivir a plenitud y estar preparado siempre a lo que venga.

-Cambiando el tema ¿no te piensas casar?
-Lo haré si se presenta la oportunidad de encontrar a la persona adecuada.

-Estás hermosa y atractiva, me imagino que tienes pretendientes.

-Muchos clientes que llegan a mi trabajo, claro, varones, llegan con ese propósito. Les gradezco su interés y no pasa nada.

-Para concluir esta charla ¿qué les puedes decir a los que alcancen a leer estas líneas?

-Que busquen siempre el gran tesoro divino que todos tenemos. Así como buscan algo todos los días hacia afuera, también se interioricen y busquen la esencia del Creador en su espíritu.

-¿Alguna frase famosa interesante?
-Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos.







13 abr 2015

Pedro Enriquez Hernandez, texto: REVOLUCIONARIO

REVOLUCIONARIO

Tras aquellas montañas nació Alex. Desde niño fue rebelde con su entorno. Rechazó a sus padres por ser de condición indígena. Estudió el preescolar y la primaria en su pueblito natal. Era buen alumno. Para hacer la secundaria tuvo que bajar a la ciudad. Ahí conoció a nueva gente, nuevos amigos. Más tarde, por el buen puntaje de sus calificaciones, obtuvo una beca. Esta oportunidad le permitió ir a estudiar al extranjero.

Tenía ya veintidós años de edad. A pesar de todo seguía con su rebeldía. A partir de que se enteró de que todo joven es tonto si no tiene mente de revolucionario, Alex se distrajo de sus actividades académicas y entró en una etapa de movimiento social junto con otros jóvenes para protestar en contra de algunas medidas gubernamentales que, según ellos, eran antidemocráticas y lesionaban los intereses colectivos.

Formó organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles. Hacían huelgas y cerraban calles para hacerse escuchar.

Veía todo de cabeza. Partidos políticos corruptos. Gobernantes transas. Pastores y sacerdotes pederastas. “Hay que componer al mundo”, gritaba ante sus seguidores, quienes a su vez coreaban a su líder. Su meta era extender estrategias y conformar grupos y organizaciones similares en todos los países. Utilizaba medios de correo terrestre y aéreo para divulgar sus inquietudes a través de material impreso.

Pasaron más de siete años para entender que la tarea era enorme. Sí logró movilizaciones en algunos países, pero vio escasos y casi nulos resultados. El panorama existente lo puso a meditar. Se dio una tregua para poder pensar. Pasó un tiempo y surgió de nuevo para indicar a los demás miembros de su organización que era menester “trabajar” en un solo país con el objeto de alcanzar las metas trazadas.

Empezaron a movilizarse de nuevo, ahora en un territorio específico. Lejos de lograr sus objetivos, Alex cayó en líos legales y le liberaron varias órdenes de aprehensión por distintos actos ilícitos concernientes al bloqueo de calles y autopistas del país. El tiempo había transcurrido. Nuestro personaje ya tenía cuarenta y siete años. Sus lecturas de ideologías obsoletas, como textos marxistas-leninistas, no le permitían concebir otras ideas. Sin embargo, cierta mañana recibió un mensaje en su correo electrónico que le envió su hermana: tener mente de revolucionario a los cuarenta y siete años de edad también es ser un tonto. Alex se sintió ofendido y le dolió mucho que dicho mensaje proviniera de su hermana, su única hermana.

Alex regresó a la ciudad donde hizo la secundaria. Ya no era el estudiante brillante. Ahora era líder de organizaciones. Pero ya no era un líder de lujo. Era un líder corrupto. Se había vuelto su enemigo mismo. Vio que no pudo componer ni siquiera un municipio.

Caviló y mandó por un tubo todo su material bibliográfico. Revistas, periódicos... libros. Una mañana esperó un vehículo destinado a la limpia pública y ordenó al trabajador que se llevara todo ese material “venenoso”. Cuando el basurero se alejó del lugar, Alex lloró amargamente y manoteó varias veces sobre el portón de la casa. No sabía si lloraba por el material del que se acababa de deshacer o lloraba por la frustración de su vida.

Tuvo que a asistir con especialistas en psicología. Hoy Alex sabe a la perfección que todo aquel que pretende componer al mundo lo hace porque no puede componer su interior, su alma, su espíritu, su estado emocional. Ha entendido que el mundo se compondría si cada uno de los individuos logra desechar sus dolores interiores y logra finalmente un equilibrio emocional en su vida. Alex es hoy catedrático de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional. Escribe libros de autoayuda y hace revolucionar a las mentes para el desarrollo personal.





22 ene 2015

Pedro Enríquez Hernández, poema Bello amanecer...

BELLO AMANECER…

Eran las seis de la mañana.
Mis seis horas de sueño eran suficientes.
Escuché el lejano cantar de las aves.
Vi una ligera claridad a través de la ventana.
Me incorporé rápido, sin demora.
Salí de la casa.
Alcé el rostro y sonreí.

La claridad del sol formaba arreboles en el cercano horizonte de las montañas.
Se veía la media luna y las pálidas estrellas en la bóveda celeste.
Los árboles se veían imponentes bajo los cuales corría como gacela.
Mmm percibía el rico aroma de las plantas y flores silvestres.
Qué hermosura.
Qué alegría.
Qué bienestar.

Detrás de mí corría El Salvatrucha, mi perro enorme de color rojizo.
Se veía alegre también.
Me miraba y echaba sus orejas hacía atrás,
con su hocico abierto y la lengua afuera.

-¿Qué es eso, Salvatrucha?¿Sonríes?

El perro corría más y saltaba.

Realmente sentía una gran emoción correr en un lugar solitario, percibiendo un aire limpio de toda contaminación, sin ruidos citadinos, más que el ligero silbar de los árboles y el canto hermoso de los pájaros.

Más tarde me encontraba de bajada de la colina.
El sol estaba a punto de asomarse.

Ahora corría en una cañada. Ambos lados se erigían imponentes y majestuosas montañas.
Escuchaba y veía correr las aguas cristalinas del arroyo, entre arbustos y piedras blancas y planas.

El día había llegado.

Sin lugar a dudas, existes Creador del Universo.
Y la maravilla que nos ofreces es excelente.

Gracias Dios mío por darme la oportunidad de comenzar este bello amanecer.