14 de Febrero, ¿El Amor Verdadero?
Hoy es
14 de febrero. Me detengo en mi camino y observo lo que la gente hace. Compran flores
artificiales, dulces, chocolates, figuras de peluche y otros objetos de hule y
de plástico. Algunos caminan en pareja llevando a la mano unos globos. Se ríen,
se ven felices. Me acordé que es Día de San Valentín o Día del Amor y de la
Amistad.
El día
es hermoso porque todo el mundo se ve feliz, pero ¿por qué se celebra algo muy
importante en un sólo día? Por qué no nos acordamos todos los días que debemos
manifestar amor no sólo con nuestra pareja o con el amigo o amiga, sino con
todos los que nos rodean?
Lo que
deberíamos hacer es olvidarnos o a hacer a un lado el día comercial del amor.
El verdadero amor debe prevalecer en todo momento tomando en cuenta que ese amor,
que podremos llamar Amor Superior, emana de la Fuente Divina. La mayoría de las
veces el amor comercial se relaciona con la pasión y los celos.
Muchos
de los que celebran el día del amor son los que el día de mañana maltratan a su
pareja. Son los que celan, reclaman y golpean física y psicológicamente a su
pareja. Y no sólo sucede victimizando a la mujer sino también al hombre. A la
luz de esta observación, lo que se celebra el 14 de febrero no es el verdadero
amor sino el día de los novios, el día de la pasión o el día de la pareja.
Lo que
debe cultivarse y no debería tener día es el verdadero amor, el amor superior,
el amor que proviene de nuestro Padre. El amor es luz que alumbra en nuestro
interior y que debería de alumbrar a los demás.
En una
pareja de novios no se sabe que es lo que realmente enlaza, el amor terrenal,
pasión de pareja, o el amor verdadero. Los matrimonios truenan por falta de un
amor verdadero. Los hijos sufren y muchas veces fracasan porque llevan en su
interior el dolor del abandono, la indiferencia o el maltrato de los padres.
Son niños que fracasan ante las circunstancias de la vida. La mayoría de éstos
vagan o caen en los vicios que azotan actualmente a la sociedad, simplemente
porque carecieron de un verdadero amor.
El
verdadero amor es lo último que queda en una unión. Existe una anécdota que
cuenta que había un adulto mayor que visitaba a es esposa que se encontraba en
un asilo de ancianos. La mujer había perdido la memoria y ya no podía reconocer
a su esposo. Una de las enfermeras que atendía en dicho centro le decía al
visitante que por qué asistía a visitar a la mujer cuando ésta ya no lo
reconocía. El anciano respondió que, en efecto, ella ya había perdido la
memoria pero él no, y por esa razón seguiría visitándola y porque él sí sabía quién era ella.
Señores,
ese es el amor verdadero. El amor verdadero es luz, es divino, es
indestructible, es eterno, es esencia de Dios.
El 14
de febrero nos sirva de hacer conciencia de la vida, del amor que emana de Dios,
y que Jesús Cristo nos dijo que es el gran tesoro que puede salvar al mundo, el
amor al prójimo. Amor al prójimo es amar con respeto a los padres, a los
hermanos, a los hijos, al esposo, a la esposa. Amor y respeto al vecino, a los
compañeros de escuela y de trabajo. Pero ante todo aprender a amarse a uno mismo.