EL ORGULLO MEXICANO
Hoy es 15 de septiembre de
2017.
Es momento y oportuno de hacer un
comentario al respecto.
Desde pequeños
a los niños se les enseña sentirse orgullosos de nuestra patria, de nuestros
símbolos y de nuestra tierra donde nacimos.
El
orgullo se define como el exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los
propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás. Este no
es un valor, sino antivalor, es decir, un elemento contrario al valor que
debemos tener para una mejor convivencia entre la humanidad.
El orgullo
mexicano nos limita y nos impide ver más allá de la integración social del
mundo. Este orgullo va de la mano con ciertos elementos patrios, como la
bandera, el águila de la bandera y el himno nacional.
El orgullo
nacional marca fronteras, razas y grupos sociales que viven en determinadas
áreas llamadas países.
Hoy en
día, en el umbral de una nueva era, la nueva luz clarifica que las cosas no
deben ser así. Los valores nacionales y las banderas en el mundo deben
desaparecer para hermanarnos todos y ser una sola sociedad regida por el amor y
la justicia.
Al decir
sociedad “regida por el amor y la justicia” es para diferenciar del proyecto
irracional de grupos dormidos de conciencia que pretenden globalizar todo para
sus intereses mezquinos, portando como punta de lanza la injusticia, la sinrazón
y la destrucción de la naturaleza y de la misma raza humana.
La nueva
luz que nos alumbra y que haría cambios dolorosos para renovar la capa
terrestre va dirigida a la conformación de una nueva sociedad consciente y
justa, avanzada espiritualmente. La sociedad actual ha avanzado mucho
tecnológicamente pero en materia espiritual está en pañales.
Pero las
condiciones climáticas actuales indican que es momento de darse de nuevo los
casos similares que destruyeron Sodoma y Gomorra. El planeta Tierra está
castigado y ya no soporta la destrucción diabólica dada por seres que actúan
solamente con su intelecto, más no con su corazón. La falla ya está y ya no hay
marcha atrás.
Por estas
razones exponemos que si la humanidad tiene otro pequeño tiempo de vida debe
saber que el orgullo nacional es nocivo. Eso debe sustituirse por el amor al
prójimo, porque tanto el japonés, chileno, etc., como el estadounidense son
hermanos nuestros, teniendo un solo Padre en términos Universales.