DOS SENDEROS
Has caminado entre flores,
entre lodo y entre espinas;
has caminado de día,
de madrugada y de noche.
No te asusta nada,
ni la noche ni el medio día;
todos direccionan su camino al nacer
pero sólo hay dos senderos en la vida:
uno es caminar construyendo,
el otro es caminar destruyendo.
Todos viven de ilusiones,
pero algunos despiertan a tiempo,
se percatan que a veces
son como las ardillas:
encerrados en una esfera de alambres
corren incansablemente,
ven que avanzan,
pero al final se dan cuenta
que es la esfera la que da vuelta:
el caminante permanece en un solo lugar.
Al pensar que “viven bien” se olvidan de la gloria;
buscan destacar
y caen en el infierno.
Pocos son los hombres
que no se hincan
ante el fantasma material.
Hay filas gigantescas
de hombres que quieren traspasar
las puertas de la “grandeza”,
mas ignoran que para ser “grande”
se necesita prepararse
para no ser devorado
por la misma “grandeza”.
Con frecuencia se sienten víctimas
y, con la “justicia en la mano”,
se hacen “justicia”,
atropellan al hermano,
pisotean al prójimo.
Mas nunca entienden el porqué
de su sufrimiento,
el porqué de la destrucción
en su entorno.
Los dardos seguirán dañándolos
mientras no puedan comprender
el misterio de la vida.
“La gran justicia te será revelada
cuando seas capaz de entender
que nunca nadie te hizo daño,
y que los daños recibidos
fueron por ti imaginados,
creados y experimentados”.