AY,
DIOS MÍO, QUÉ MUNDO
AY, DIOS MÍO, QUÉ MUNDO
Por
Pedro Enríquez Hdez.
¿Quiénes
somos, de dónde venimos, qué hacemos aquí?
Nadie lo
sabe. Decimos que somos de origen divino, otros afirman que somos producto de
los Anunnaki, extraterrestres que vinieron de otros planetas y llegaron a la
Tierra para implantarles un ADN a los monos con el propósito de convertirlos en
seres inteligentes.
Independientemente
de sin saber quiénes somos el ser humano por naturaleza es un ser malévolo.
Algunos dicen que “el mundo es para los vivos” y saz, hacen todo tipo de tropelías
sin el menor respeto a los derechos de los demás.
Aquí
el “bueno” es aquel que sabe controlar en cierta forma su ego o yoes, entidades
casi diabólicas que coexisten en uno mismo y que son los culpables de la
actitud destructiva del hombre.
El
hombre es sumamente malo por la posesión precisamente de esos yoes en su
interior. Cuando le conviene es destructor, cuando no se hace la víctima. Todos
caminamos erguidos e inflados enormemente impulsados por esos entes reales que
habitan en nosotros.
Existe
el bien y el mal. Pero el representante del mal no es un ente maligno. El maligno
es el EGO o conjunto de yoes que nos mangonean al gusto de ellos.
Todos creemos
que somos la corona de la creación divina y fuera de ahí no hay nada más. Cuán
error existe en el ser humano. Oficialmente nos pintan la existencia de otros
planetas, de otras galaxias, etc., pero nadie se atreve a decir que existen
otras civilizaciones en los diversos rincones del Universo.
La
ciencia ha establecido información oficial de la estructura del universo pero
ha sido a partir de la observación desde la Tierra mediante sus telescopios y
demás aparatos creados a partir de la tecnología actual. ¿Pero quién garantiza
que lo que afirman es real? ¿Quién sabe que en verdad captan una realidad
objetiva con sus aparatos desde la Tierra?
Aquí en
el planeta nos sentimos grandes e inflados, que ya no cabemos por donde
caminamos. Pero el planeta tierra es similar apenas a un granito de arena en el
universo infinito. Si pudiéramos ver nuestro planeta desde algún punto lejano
del Universo nos daríamos cuenta lo insignificante que somos dentro de este
misterioso contexto universal.
DIOSES
O ANUNNAKI
Independientemente
de si los dioses o anunnaki son enviados por un Ser Superior o el Dios Absoluto
para ayudar al hombre a superarse material y espiritualmente, parece que sí
estamos sometidos a su voluntad.
La
actual civilización, en la que vivimos, no es la primera. Existen muchos
indicios de que han existido otras. Estas civilizaciones viven por ciclos. Y
parece que el planeta tierra se mueve programado dentro del Universo. Se dice
que todo el conjunto de elementos universales en que estamos se mueve en
traslación, así como se mueven los planetas del sistema solar. Y cada 25 mil
años nuestra tierra pasa por un sitio lleno de radiación donde la civilización
se aniquila. Pasa por ese trance, más adelante la tierra se vuelve a poblar, y
la nueva civilización es ayudada por los dioses anunnaki para su progreso, pero
también estará condenada a la destrucción cuando cumpla su ciclo de su
existencia.
LAS
REGLAS DE CONVIVENCIA
Jesús
el Cristo vino a la Tierra para darnos un conjunto de principios para nuestra convivencia,
a lo que las religiones llaman “Evangelio”, pero como el hombre es malísimo a
Jesús lo eliminaron rápidamente para que no abriera los ojos de las víctimas
del engaño y del poder de los ricos y de los jerarcas religiosos.
Hace más
de dos mil años que ello aconteció y hasta hoy nadie ha hecho caso esa llamada;
los practicantes son demasiado pocos, la mayoría de la humanidad, los que se
dicen ser cristianos, finge serlo pero en realidad hace todo lo contrario. Es ahí
donde podemos decir que se muestra el verdadero “Anticristo”, una actitud o corriente
que contradice a lo que Jesús vino a enseñarnos. El término “cristiano” es sólo
un apodo del hombre occidental.
El
mundo está plagado de religiones, pero los que encabezan a los grupos se han
dedicado a lucrar en nombre de dios. Los que están en la cúspide de las
religiones junto con los grandes ricos practican en realidad una actitud anticristiana,
sin importarle realmente la condición de pobreza que prevalece en el mundo. En el
caso de las religiones su objetivo es el meterle miedo a sus seguidores con el
diablo y el infierno, en tanto por otro lado los esquilma mediante las limosnas
y diezmos que son casi obligatorios en todos los grupos religiosos.
¿QUÉ
NOS ESPERA? ¿HACIA DÓNDE VAMOS?
El destino
del hombre ya no va a ninguna parte. Ha llegado al tope, ni para adelante ni
para atrás, se le ha acabado el camino.
La
tierra se ha "llenado" de población. Y el veneno más mortífero que ha implantado
ha sido la ambición. El hombre no ha venido a evolucionar espiritualmente para seguir
las demás etapas de su vida, ha venido para querer apropiarse del planeta. Depredar
con toda su fuerza y apropiarse de los espacios y de los frutos de la
naturaleza, que es la divina creación de Dios.
Hoy en
día ya somos miles de millones de seres humanos que poblamos la faz de la
tierra. Somos verdaderos depredadores de las riquezas naturales. Somos peores
que los animales los cuales viven con más orden pero también son víctimas de
nuestra destrucción Dicen los gnósticos que si de repente despertara el hombre
de conciencia se avergonzaría de lo que es. Despertar de conciencia es reconocer
que hay en nosotros la chispa divina por ser de origen divino o pertenecer a
una Creación de un Dios Absoluto. Pero mientras no reconozcamos seremos siempre
el peor animal en la tierra. Tecnológicamente el hombre tiene un alto grado de
avance, pero en cuestión espiritual está en pañales.
Se ignora
si el cambio climática presente en el mundo es producto de la depredación
masiva del hombre o es señal del paso de nuestro planeta al espacio de radiación
que han señalado algunas teorías. Pero de que hay una señal clara de que el
destino del hombre ha llegado a su fin es indudable. Los climas van a los
extremos, el excesivo calor en regiones templadas empieza a dañar a las plantas
y a los cultivos agrícolas, logrando mermar la producción alimentaria.
Estas
primeras señales indican con claridad que se están acercando tiempos muy difíciles,
momentos de destrucción entre la misma humanidad por la escasez de agua y de
alimentos ante los miles de millones de bocas en mundo. Las enfermedades se
agudizarán. Se intensificarán las erupciones volcánicas. Y a causa de los
deshielos polares desaparecerán grandes ciudades costeras. Habrá canibalismo.
Y si
este es castigo de Dios con los “dioses” entonces en estos momentos estamos en
un tiempo obsoleto y degenerado similar a las condiciones citadinas en las que
se encontraban Sodoma y Gomorra, antes de ser destruidos por las “bombas nucleares” de Dios.
Y a
pesar de todo, los grandes ricos, los jerarcas religiosos y los gobiernos
corruptos seguirán “amasando fortunas” en estos tiempos finales. Tarde se percatarán
que el dinero no se come cuando vean que todo se ha aniquilado.
Vendrá
un nuevo amanecer, otra generación de seres humanos, más avanzados
espiritualmente… Y vendrá a gobernar una generación de dioses (entre ellos
Jesús) a los que serán venerados. La faz de la Tierra será reverdecida de nuevo…
y vendrá entonces un mundo de paz y de
amor.
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