A G U D O S
Entre las verdes frondas
del encino robusto
brotan alegres cantos
al despuntar el día,
y el disco que va y viene
por el espacio inmenso
baja su vista de oro
sobre el azul del río.
Es dulce oír los cantos
entre las fronda verdes
y mirar las montañas
bañadas por el sol,
percibir los aromas
del matiz de los campos
y mirar en el cielo
las palomas pasar.
Es dulce al río acercarse,
sentarse en la ribera
y quedarse mirando
las aguas de cristal,
y en ese mismo instante,
ver una hoja de plata
que cae desde un álamo
los vientos al soplar.
Es dulce hallarse solo
en un paraje quieto,
mirando la belleza
bajo el éter azul,
describir la Natura
y cantando con ritmo
la belleza del mundo
que por Dios se formó.
Oh, sí, pero es más dulce
contemplar ese mismo
-cosas del Universo-,
pero juntos los dos;
pero es mucho más dulce
unirse de la mano,
uniendo nuestras fuerzas
y amándonos los dos.