EL FIN DEL MUNDO
Sólo el Ser Supremo sabe cuándo
El 21 de mayo de 2011 es el fin del mundo, dijo Harold Camping, dueño de un multimillonario ministerio basado en su predicción apocalíptica. Muchos se preocuparon, otros mostraron escepticismo. Dieron las 6:00 de la tarde y Nueva Zelanda no se movía. Tampoco el mundo.
Los temores del fin del mundo no son nuevos. Este miedo ha existido siempre en el corazón del hombre. Ha habido profetas y predicadores vaticinando este hecho apocalíptico. Aparte del Apocalipsis muy conocido de San Juan, hay otros vaticinios similares, como el Apocalipsis de Baruc, IV de Edras, Paralipómenos de Jeremías, Apocalipsis de Abraham, el Testimonio de los Doce Patriarcas, y más.
Pero está visto que el ser humano aún no tiene facultades de poder anunciar el fin de la humanidad. Bueno, al menos la Biblia no es un libro científico para predecir con exactitud el fin de la era actual. El anuncio exacto del fin del mundo hecho por el estadounidense demuestra que esa tarea no corresponde al hombre, sino al Creador. Ahora el desatino de Harold Camping desprestigia a los grupos religiosos y a la Biblia misma.
Son estos hechos que desalientan muchas veces al hombre para ya no creer en Dios ni en la Biblia. El protagonismo de falsos líderes religiosos desalienta la fe. Lo que se anuncia, sin embargo, no debe ser objeto de burla. El desencadenamiento de una serie de terremotos a nivel mundial podría ocurrir quizás al rato, dentro de dos días, dentro de cinco años, dentro de veinte o cien años. Si puede ocurrir. Y no solamente un cataclismo global. También pueden presentarse otros fenómenos catastróficos. El problema es que nadie sabe en realidad cuándo podrán ocurrir.