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Hola amigos del planeta, bienvenidos a este sitio, en el que encontrarán textos originales del autor, cuentos y poemas, algunos de los cuales están escritos en náhuatl debido a que en el municipio de Rafael Delgado, Veracruz, México, aún se conserva esta lengua nativa de estos lares.(Pedro Enríquez Hdez.)



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4 nov 2009

INCANSABLE

I
Incansable, trabajaba todos los días, entendiendo por día las 24 horas, es decir, el tiempo que abarca la noche y el día. Sólo se protegía de la lluvia y del frío. No pensaba en el ayer ni en el mañana, sólo vivía, trabajaba y comía.

Nunca supe si tenía un lenguaje para comunicarse con sus semejantes, aunque lo más seguro que sí, pues su organización era extraordinaria, envidiable. Ningún adulto se sentaba sino todos cortaban y cargaban para comer y construir sus viviendas.

Mas muchas veces no vivía sola. Además de sus semejantes se hacía acompañar por un enorme ser, que, a pesar de las diferencias en tamaño, presentaba los mismos colores: el rojo y el negro. 

Es increíble. En verdad que me sorprende mucho. Ella tiene la fortuna de poder volar porque hay épocas en que logra tener alas y, entonces, se da el gusto de salir de su casa y volar alto. Pero lo hace después de llover. 

Creo que al igual que en algunas colonias, su casa se inunda y por ende se ve en la necesidad de salir volando.

Una vez, muy tempranito, como a las 5:30 de la mañana, me desperté un poco alarmado porque escuché ruidos afuera de mi casa.

Me levanté rápido en la oscuridad, sin saber la hora, y en seguida salí sigilosamente por la puerta trasera de la vivienda. Prendí la linterna y lancé un potente haz de luz hacía el sitio y… oh, sorpresa, era ella que había llegado con un montón de compañeras. Al ver la luz se acercó a ella con toda la compañía y en verdad me maravilló con su presencia.

A veces me pongo a pensar por qué los seres humanos no somos así: trabajadores, organizados y vivir en paz. Como ella, camina, sube y baja para su casa sin mayores problemas. No cae en envidias ni en odios; no cae en alcoholismo, drogadicción ni ambiciones malsanas que destruyan a los demás. Solo vive y punto. 

Ella y sus semejantes nos enseñan que los seres humanos podemos vivir en paz, podemos trabajar organizados para el bien de todas las comunidades, teniendo como base la solidaridad y la buena intención con los demás.

Cerca de mi casa hay caminos por donde todos los días pasan y caminan con sus cargas. Eso es real. No es ficción y cualquiera lo podría corroborar. A veces de repente desaparece y parece que estuviéramos presenciando una ciudad fantasma. Pero luego de nuevo empieza el movimiento, el ajetreo, las filas, las cargas, el trabajo, la organización, el silencio… es en verdad admirable. Su nombre es hormiga.

II

Eran las mariposas como flores en movimiento. El sol brillaba intensamente en el pequeño arroyo que venía de las montañas, agua fría, casi helada, pero muy transparente cual si fuese un espejo. Un niño que vivía muy cerca en una pequeña choza aprovechaba para mirarse en esa agua mágica. Se tocaba su rostro y alisaba sus cabellos y luego sonreía con su espíritu que se reflejaba en las mansas e inocentes aguas venidas desde lejos.

Al lado izquierdo, se movían alegres los enormes álamos en cuyas copas también cantaban las aves alegremente. Era el inicio de una mañana que prometía ser un gran día. Y todos se daban cuenta de ello. El viento corría silbando entre las espesas ramas de los árboles, los pájaros retozaban de alegría y cantando al mismo tiempo, el sol sonreía en todo su esplendor, el infante acariciaba la superficie acuosa del arroyo.

Fue entonces cuando sonreí. Vi que la vida era todo. Mis seres queridos, el aire, el sol, los árboles, el agua, los cantos divinos, la salud; era en verdad el rostro de un creador que nadie lo ve.

III

El hombre se asomó al profundo pozo y me dijo que también me asomara para ver su profundidad. Tomó una pequeña piedra y la arrojó al fondo. Tardaron varios segundos para que se escuchara el golpe de la piedra que hizo sobre el agua. Eso indicó que la perforación era enorme. “Tiene cien metros aproximadamente”, dijo don Roberto, orgulloso de haber logrado extraer agua de un terreno duro y seco. “Es puro tepetate”, dijo.

Me contó que una vez la noria era jalada por un caballo que se llamaba Centauro. Era un caballo joven y fuerte, pero una ocasión se enredó con una reata y cayó muerto. No lo pudo salvar nadie porque todos, él, su esposa e hijos, andaban afuera. Habían ido a la feria del pueblo. Por eso nadie lo vio. Cuando llegaron se dieron cuenta que el equino estaba ahí tirado, ya muerto; pero al palparlo todavía estaba el cuerpo caliente. Se percataron que el animal acababa de morir. Entre todos tomaron el acuerdo de comérselo asado.

Don Roberto nunca supo si fue por eso que su esposa y uno de sus hijos al día siguiente sufrieron un grave accidente. Dijo que ese día se levantaron temprano. Él iría a ordeñar las vacas que estaban en un establo ubicado a varios kilómetros de donde vivían. Su esposa y uno de sus hijos saldrían del pueblo tempranito para llevar al niño a la escuela de la ciudad más cercana.

Llegaron al cruce más peligroso, donde había una lámina que decía “Cuidado con el tren”. El conductor detuvo el vehículo al ver que muy cerca venían los pesados furgones del ferrocarril. Sin saber por qué, el chofer soltó el freno del autobús y pisó sin querer el acelerador. El impacto fue brutal sobre los pesados vagones. Don Roberto se quitó el sombrero y se persignó al decir que muchas personas se despedazaron por el impacto y diversos miembros de cuerpos humanos se dispersaron por todos lados.

Desde entonces –dijo- ya no uso el pozo profundo, porque cada vez que pretendo sacar agua me vienen los malos recuerdos de mi familia y de mi caballo.